Hoy es el día en que cerramos todas las cajas de libros nuevos que vamos a enviar a Bartleby & Co. desde Barcelona. Para hacer este proceso lo más económico posible dormimos en casas de amigos cuando venimos a España a preparar los envíos, paseamos por la ciudad en busca de cajas por calles y comercios de vecinos amables que nos las ceden gratis con simpatía, pedimos a otros amigos que nos presten sus coches para recoger libros en distintos puntos de la ciudad, disfrutamos de la generosidad de los editores amigos que nos abren las puertas de sus editoriales incluso en fin de semana para que podamos coordinarlo todo en pocos días, conseguimos que más amigos nos dejen apilar cajas en sus pasillos de casa hasta que todas estén listas para ser enviadas y molestamos de nuevo a otros amigos para que hagan guardia a unas horas concretas a la espera de que los mensajeros (que no son amigos pero como si lo fueran porque nos pasamos muchas horas al teléfono con ellos elucubrando sobre cómo montar los envíos de la manera más económica posible y que nos ayudan con mucha paciencia a ello) pasen por fin a recoger todas las cajas de libros que esperamos con ganas en Berlín. Una vez en Berlín, otros amigos nos ayudan a meter las pesadas cajas en la librería y a catalogar, preciar y ordenar los libros en las estanterías. Esos mismos amigos y otros amigos y clientes corren la voz y comentan entre sus amistades que han llegado los libros nuevos, que hay que acercarse a la librería a echar un vistazo. Gracias a que tantísimos amigos y gente buena, fuerte y generosa está involucrada en este proceso de manera desinteresada, conseguimos poner los libros al mismo precio que en España, no subimos ni un euro el precio de los libros porque la cadena de producción, manufactura, envío y recepción de estas cajas es algo que hacemos así, de la manera más económica posible. Sentimos que nuestra librería es un poco de todos, y que gracias a esto puede existir y puede seguir adelante. La librería también es un poco vuestra, así que hoy, el lunes, la semana que viene, antes o después de que lleguen los libros nuevos, formad parte de esta cadena humana increíble y pasad por la librería ya sea a saludar, a mirar libros, a proponernos talleres o ideas. Hoy en día, un negocio cultural no es exactamente un negocio, es más bien un centro de energía, de afinidades, de apoyos e intercambio en el que todos podemos aportar algo de nuestra magia. Y así es como se construye una sociedad un poco más mágica, un poco menos fea, entre todos y para todos, con un poco de esfuerzo, cada día. Amén.