We are a plot device: Regina de Miguel en Bartleby & Co.

En este taller trataremos de vislumbrar cuáles son las estrategias y herramientas específicas de la investigación en arte. Cómo los artistas, en cuanto agentes sociales, se adentran en los pliegues que conforman la construcción de la realidad y cómo estos son materia prima que puede transformarse desde metodologías críticas y cuestionadoras.

Partiendo de la idea de laboratorio especulativo recorreremos ficciones, afectos y tácticas orientadas a la puesta en marcha de un proyecto; desde la poética a la praxis, prestando atención especial a las formulaciones concretas de búsqueda de apoyos y contextos en los que desarrollarlos. Desde aquellos que pasan por procesos institucionales a los que se sostienen en otros espacios y colectividades de base. Todos se sirven de cierta metodología en la que no se pueden desligar procesos previos a las formalizaciones y los cauces para llegar a ellas.

Además del análisis de estas cuestiones, plantearemos también dos prácticas orientadas a estimular una conciencia crítica de los contextos culturales y los dispositivos que los conforman:  una visita crítica a la exposición Extremes! Nature, Culture and the Humboldt Current en el Ethnologisches Museum y el desarrollo de un breve glosario de tecnologías ficcionales.

***

Regina de Miguel trabaja como artista desde un agenciamiento crítico e interdisciplinar en procesos y confluencias orientadas a la producción de objetos y conocimientos híbridos. Parte de sus proyectos abordan estrategias de formación de deseo y su visualización como paisaje psicosocial. En el mismo sentido también analiza la frontera especulativa y ficcional que albergan los objetos científicos y culturales.

Entre sus exposiciones individuales destacan: Aura Nera, Centro Cultural La Capella, Barcelona, 2016; Ansible, Maisterravalbuena, Madrid, 2015; All knowledge is enveloped in darkness, Kunsthalle Sao Paulo, 2014; Nouvelle Science Vague Fiction, General Public, Berlín, 2011; El Aire aún no respirado, Laboratorio 987. MUSAC, León. 2009.

Ha participado en exposiciones colectivas como: Berlin Art Prize, Kühlhaus Berlin; Univers Simulés, Gamerz Festival, Vasarely Foundation, Aix en Provence, France; The monsters of the Machine, Laboral, Gijón;  Artefactos universales – Objetos culturales. Un par de encuentros públicos antes de un proyecto sobre meteoritos, estatuillas, cuevas y estrellas, La Ene, Buenos Aires; A forma do pensamento, Cristina Guerra Gallery, Lisbon; Hacia una nueva orilla / Towards a new shore, NC Arte, Bogotá; Riddle of the Burial Grounds, Extra City, Anwerp, Belgium, 2016; Hall of Half-Life, steirischer herbst festival gmbh, Graz Austria o Unfolding Modernisms (for future thoughts), Invaliden Eins Galerie, Berlin, 2015.

http://reginademiguel.net/

***

Cuándo:

21, 28 abril / 6, 11 mayo

de 5,30 a 7,30pm

 

Cuánto:

100 euros

 

Dónde:

Bartleby & Co.

Boppstr. 2

10967

Berlin

www.bartlebyandcoberlin.com

 

* Podéis apuntaros a este taller mandando un mail a bartlebyberlin@gmail.com o pasando directamente por la librería.

Me llamo Lucy Barton

Mi primer contacto con Elizabeth Strout fue a través de la mini serie de televisión Olive Kitteridge, dirigida por Lisa Colodenko, producida y protagonizada por Frances MacDormand y basada en una novela homónima que la autora norteamericana publicó en 2008 con un guión adaptado por Jane Anderson. Olive Kitteridge narra la vida de una profesora de matemáticas y de su familia en un pequeño pueblo norteamericano a lo largo de varias décadas. Olive es un personaje arrollador, carismático y en cierta medida cruel que MacDormand borda y que condensa a la perfección la esencia de la figura de la madre compleja, distante, inteligente y sarcástica. Un personaje que muchas veces provoca rechazo pero al que no podemos evitar tomar cariño. Strout es muy hábil poniendo sobre la mesa las contradicciones de esa generación de mujeres que nacieron y crecieron en medio de la dureza de la América de la Depresión y el Dust Bowl y que vieron el paisaje de sus vidas cambiar radicalmente en los años 50 y 60 en Estados Unidos. Mujeres fuertes y acostumbradas a sobrevivir a mil penurias que criaron a sus hijos en ese nuevo mundo de libertades y oportunidades que fue la América soñada de los sesenta. A Elisabeth Strout no sólo le interesa entender cómo pensaban, sentían y vivían esas mujeres, sino que le interesa mucho cómo fueron las relaciones con sus hijos y en sus matrimonios. Y así es como llegamos a otra novela de la autora de Olive Kitteridge: Me llamo Lucy Barton es una obra de una extensión razonable que condensa en los cinco días en los que transcurre la narración la compleja y fascinante relación entre una madre y una hija. Lucy está ya bien asentada en la treintena, tiene dos hijas pequeñas y padece una enfermedad que la dejará postrada casi dos meses en la cama de un hospital. Apenas mantiene el contacto con su madre, pero esta convalecencia en un hospital de Nueva York une a madre e hija durante unos días en los que hablarán, guardarán silencio, recordarán el pasado de la familia, los vecinos y la gente que pobló su pasado y se harán compañía durante largas horas. Estos diálogos están construidos con mucha delicadeza. En ellos, se dice más a través de lo que se omite que a través de lo que verdaderamente se dice. Muchas veces las relaciones más complejas y profundas de nuestras vidas se vehiculan a través de gestos sencillos, silencios y omisiones. Las palabras, llegado cierto punto, dejan de ser necesarias. Me llamo Lucy Barton es una de las novelas sobre las relación entre una madre y una hija más reveladora y brillante que he leído nunca. Un libro que emociona y que, como toda buena novela, dispara muchísimas conexiones enterradas con nuestra propia vida. Podéis encontrarlo o bien acercándoos a la librería o bien entrando en este link.

1 11 12 13