“Jérôme Lindon no se limita a explicarme que el libro es malo, sino también cuán malo es y cómo y por qué he procedido de esta manera, por qué y cómo me he equivocado, por qué y cómo tengo la culpa de haberme equivocado. Es notable haciendo este ejercicio.” Haciendo un uso austero y poco sentimental de estas suaves pinceladas consigue destilar Jean Echenoz en este precioso librito de apenas sesenta páginas la quintaesencia de las relaciones entre un autor y su editor. Lindon, editor de Les Éditions de Minuit a lo largo de más de medio siglo, se nos presenta aquí como un hombre de letras circunspecto y amante de los chistes sobre judíos, exigente y parco en palabras, serio y cálido a un tiempo. Sus pequeñas manías son recogidas y expuestas con la mayor delicadeza.
Nos enteramos así de que Lindon jamás bebía alcohol, contestaba a los envíos de manuscritos con una respuesta afirmativa o negativa en menos de veinticuatro horas, caminaba por la calle a la velocidad del rayo, sintió mucho la muerte de su autor y amigo Samuel Beckett y cuando le gustaba un manuscrito y decidía publicarlo en tiempo récord, siempre, sin excepción, le cambiaba el título.
Recomendamos al lector interesado en indagar en los entresijos de la labor del editor que acompañe la lectura de este pequeño volumen con el más extenso e igualmente esclarecedor Conversaciones con Giulio Einaudi, también disponible en nuestra biblioteca de préstamo. Una semblanza y un testimonio de conversaciones con Einaudi que harán las mieles del lector corriente y también del editor, que asistirá con admiración al relato de la trayectoria de estos dos titanes de la edición.
Podéis encontrar este libro en nuestra Biblioteca de Préstamo Bartleby.