CON TINTA ROJA Raúl Gil

 18.00

CON TINTA ROJA Raúl Gil

 18.00

ISBN
978-84-16176-55-7

FECHA DE PUBLICACIÓN
2014

PÁGINAS
101

«Marzo de 1993. Estamos a poco más de tres meses de las elecciones generales anticipadas. En medio de un clima político y social enrarecido por la crisis económica, el caso Filesa y la desunión del PSOE, Felipe González llama a las urnas. No era el mejor momento para afiliarse al centenario partido socialista. ¿O quizá sí?»

El libro es una puerta al interior de un partido político. Un ejercicio práctico sobre comunicación política y campañas electorales. Una guía para comprender cómo funcionan los resortes internos de la política. Para entender mejor las razones de la desafección ciudadana hacia los políticos. Es también la radiografía de un partido cuyos dirigentes siempre pensaban en ellos mismos antes que en los ciudadanos. El relato de veinte años de alegrías y decepciones contado en 20 capítulos. De oposición y poder. De la capacidad que tiene la política para cambiar las cosas, pero también para enfangarlo todo. De amigos y enemigos. De guerra sucia entre compañeros. De decepciones políticas y personales. Y de cómo sobrevivir a todo ello.

Después de pasarme toda la vida vendiendo políticos y políticas, me fui a Berlín hace casi dos años y hoy vendo libros y me dedico a la agitación cultural. Fui secretario general de las Juventudes Socialistas de Cantabria y diputado regional. Poco tiempo, porque me llamaron para ser director general de Juventud del Gobierno regional. Más tarde, ayudé en el relato del Parque Científico y Tecnológico de Cantabria, y fui asistente de un eurodiputado en Bruselas. Durante ese tiempo, aproveché para cursar un Máster de Comunicación Política y Electoral en la Universidad Autónoma de Barcelona y para leer sin descanso todos los libros y artículos sobre comunicación que caían en mis manos. Siempre me encantó escribir discursos y hacer campañas electorales. La última me tocó dirigirla. Fue una gran experiencia, pero el aparato del partido me acabó convenciendo de que mi sitio no estaba allí. Le tengo que dar las gracias, porque hoy lo he encontrado en Berlín.

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